sábado, 14 de noviembre de 2015

Fotoperiodismo: el arte de captar la realidad


Fotografía, periodismo… Y mucho más.

La palabra fotoperiodismo sugiere una infinidad de definiciones, y probablemente ninguna se acerque por completo a lo que esta profesión representa en su conjunto. Sí, es fotografía y sí, es periodismo. De una combinación de dos disciplinas surgió, hace un siglo, otra que reúne características de ambas; así expresado suena relativamente sencillo, pero parece que no lo es tanto…

El instrumento aquí es clave para entender el dilema: la cámara posee un valor narrativo de la realidad en tanto que el acto de fotografiar implica captar, retener un momento concreto; y la fotografía, al final, resulta un espejo del espacio y del tiempo de un instante. Su aspecto le otorga un valor mecánico y técnico, pero no podemos olvidar que no es más que una máquina a disposición de una persona. Por lo que todo depende del dedo que aprieta el botón, y no del botón en sí. Los avances técnicos en el campo fotográfico fueron alimentando esa necesidad natural de experimentación que ha llevado a esta disciplina a extremos muy próximos a lo artístico, que por regla general, se encuentra en el lado opuesto al periodismo. Es por ello que muchas veces se ha puesto en duda el trabajo fotográfico publicado en la prensa y se ha tachado a sus autores de no ser lo que dicen ser. En todos estos años se han ido sucediendo en cadena estilos que rompían con el anterior, todo al mismo tiempo que la cámara se despojaba de complementos pesados y se volvía más pequeña y manejable. La presencia de estilos es la que ha hecho casi imposible clasificar a quien lleva a cabo el fotoperiodismo. 
                                                                                                               
        
Dorothea Lange con su cámara Graflex (1936)
Fuente: Pinterest



Porque, ¿qué es exactamente un/a fotoperiodista? 





Henri Cartier-Bresson tras la cámara
Fuente: Google Images










Esta pregunta surgió con la llegada de la fotografía de autor impulsada por revistas como Vu, Regards o Life. Hasta bien entrados los años 20 el fotoperiodismo se limitó a no sobrepasar al texto, a no decir más que él y a estar presente en un segundo plano debido en parte a la propia calidad fotográfica que permitían las primeras cámaras comercializadas, que no dejaban ir más allá del plano general sin necesidad de moverse el fotógrafo y esto, en muchos casos, podría significar la muerte asegurada. Los primeros intentos de fotoperiodismo como tal se dan en los conflictos en torno a la Primera Guerra Mundial, así que en plena contienda, acercarse significaba entregarse literalmente a las balas.

Leica fue la primera empresa en comercializar un modelo de cámara con dos objetivos intercambiables, además de una película de 36 exposiciones, lo que quería decir que el fotoperiodista empezaba a ser libre en el manejo de la misma. Podía portarla consigo a cualquiera de sus escondites o sacarla con facilidad en cualquier momento, y también muy importante, podía acercarse o alejarse de la imagen sin necesidad de moverse, sin exponerse a ningún peligro, o simplemente sin dañar el transcurso del instante que le interesaba, la realidad que quería congelar. Esto ocurre en 1930, y tres años más tarde aparece el sistema réflex de un único objetivo (el que se usa a día de hoy). Con todos estos avances era inevitable que el fotoperiodista comenzase a explorar nuevas técnicas de encuadre y a manejar la luz. A celebrar su libertad profesional. Y a hacer suya su fotografía, pero sin olvidar el carácter social de la misma, ya que mostraban los acontecimientos de aquel presente lleno de inseguridad, de unas décadas de desenfrenado vaivén de luchas, protestas, y enfrentamiento del mundo consigo mismo. No tener que moverse de sus escondites no quería decir que sus vidas estuviesen cien por cien a salvo. El fotoperiodismo, aun sin saber muy bien qué es, resulta una profesión de riesgo. 

Gerda Taro junto a un soldado republicano (Córdoba, España, 1936)
Fuente: Google Images
La Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial fueron escenarios de experimento para muchos fotógrafos corresponsales, sus cámaras ya les permitían movimiento, agilidad y destreza. La Guerra Civil Española es el primer acontecimiento cubierto por un gran número de prensa extranjera. De entre todos los corresponsales que llegaron al país encontramos a Robert Capa y Gerda Taro, los dos fotoperiodistas que mejor narraron el conflicto desde su inicio hasta su final. Sus fotografías recorren los campos de batalla en diferentes ciudades, el material fotográfico que ambos reunieron explica a la perfección la contienda, pero lo hace desde un único punto de vista, ya que sus ojos se acercaron a los de todos aquellos combatientes del bando republicano. De Capa se dice que buscaba el punto romántico de la desesperación humana, romántico porque atraía (y atrae) el sentimiento de otra gente. Lo romántico de la lucha o la belleza de la miseria que solo una cámara puede expresar con respeto. Entonces, ¿se trata la suya de una selección subjetiva que desestima la calidad de su labor como fotoperiodistas? ¿Debían  desprenderse de sus ideas y de su búsqueda? Ellos solo querían expresar el humanismo de la guerra. Ese sentimiento humanista llevó más tarde a muchos fotoperiodistas a publicar sus trabajos no solo en prensa, sino también en libros o en salas de exposiciones, y cada vez con más frecuencia. Su valor como autores necesitaba consideración y sus fotografías querían contarlo todo sin necesidad de ningún apoyo textual.


Henri Cartier-Bresson es el ejemplo claro de fotoperiodista al margen del estereotipo al que la profesión estaba sujeta. "Su fotografía fue uno de los ejemplos más perfectos de la alianza entre el arte y el elemento informativo de la imagen", dice Pedro Sousa en su libro. Bresson se sirvió de la metáfora del día a día, hizo uso de las distorsión de planos, y para algunos teóricos se acercó al surrealismo. Pero, ¿es que el día a día no es surrealista? 

Valencia, Spain (Bresson, 1933)
Fuente: Magnum Photos

Con un nombre parecido, que no igual, encontramos a Brassaï (Gyula Halász). Este fotoperiodista retrató entre otras cosas, el misterio de París y sus fiestas, haciendo suya la ciudad, porque recogió la realidad que él quiso recoger, pero esa realidad no es en ningún caso inventada, sus fotografías expresan lo que aquellos momentos sugerían. Usó la niebla o la lluvia como filtros y acentuó los reflejos de la luz natural o artificial brindaba a la calle. De esta forma, impregnaba sus imágenes de un tono artístico que le llevó a alejarse de la prensa. Toda la vida parisina de la posguerra pasó por su objetivo: trabajadores en plena calle, calles, sin más; artistas en sus estudios, bares y cafés...

Meudon, Paris (André Kertész, 1928)
Fuente: Google Images

"Road workers in Paris" (Brassaï, 1934)
Fuente: Tumblr
"Children playing in the ruined street" (Werner Bischof, 1946)
Fuente: Magnum Photos





















Ambos, junto a otros como André Kertész o Werner Bischof, formalizaron el término de fotografía humanista, cuyo objetivo eran las personas, la vida humana ante sí misma, la poesía del rostro. Motivado por el horror de la Segunda Guerra Mundial, este estilo se hizo con el protagonismo del panorama fotoperiodístico durante décadas y continua hoy en día con nombres como Sebastiao Salgado. A veces creando polémica sobre sus límites, porque la pregunta: ¿qué es exactamente el periodista? Con ellos comenzó y continua siendo un dilema que para algunos merece ser criticado. Dentro de esta corriente hubo cabida para el retrato como el de Gisèle Freund, el documentalismo de Walker Evans y el fotorreportaje de William Eugene Smith. (De todo esto hablaré más adelante).

El baño de Tomoko (W. Eugene Smith, 1972)
Fuente: Magnum Photos

No hay duda de que, de una u otra forma, el valor documental, e informativo, por supuesto, del trabajo de todos/as estos/as fotoperiodistas pioneros/as en el oficio, es absoluto. Gracias a ellos/as podemos ver la historia, contemplarla y acercarnos a ella casi hasta sentirla.


Su trabajo es el arte de captar la realidad, el momento decisivo, y dejarlo intacto para siempre.



Bibliografía:
Amar, P.G. (2005). Fotoperiodismo. Buenos Aires: La marca. [Consulta: noviembre de 2015]
Pedro Sousa, J. (2011). Historia crítica del fotoperiodismo occidental. Zamora: Comunicación social. [Consulta: noviembre de 2015]
Whelan, R. (2001). Robert Capa, obra fotográfica. Londres: Phaidon Press Limited. [Consulta: noviembre de 2015]


Webgrafía:
Alonso, J. Figueredo, M. La militancia del fotógrafo. "La Guerra Civil Española a través de la fotografía de Robert Capa". Ponencia. Uruguay: Universidad de la República de Uruguay. <http://www.academia.edu/2054020/La_militancia_del_fotógrafo._La_guerra_civil_española_a_través_de_la_fotograf%C3%ADa_de_Robert_Capa> [Consulta: 15 de noviembre de 2015]
Colorado, O. (2013). "La fotografía humanista". En Oscarenfotos, 2 de febrero<http://oscarenfotos.com/2013/02/02/la-fotografia-humanista/> [Consulta: 15 de noviembre de 2015]
Duarte, S. (2013). "Heri Cartier-Bresson - Fotógrafos del siglo XX". En Clubdefotografía, 10 de marzo. <http://clubdefotografia.net/henri-cartier-bresson/> [Consulta: 16 de noviembre de 2015]
"Werner Bischof: un maestro de la fotografía cuya obra sigue muy viva". En Elrectánguloenlamano, 15 de julio de 2013.<http://elrectanguloenlamano.blogspot.com.es/2013/07/werner-bischof-un-maestro-de-la.html> [Consulta: 16 de noviembre de 2015]

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